NUEVAS TECNOLOGÍAS, NUEVO RACISMO
El antigitanismo existe desde que, básicamente, existimos los gitanos. Sin que siquiera existiese de forma literal la palabra “gitanos” ya se nos acusaba de hechicería y demás ocultismos en la Edad Media, en el Siglo XVI datan las primeras legislaciones en nuestra contra, en 1548 la Dieta de Augsburgo declara “quienquiera que mate a un gitano, no será culpable de asesinato” porque, obviamente, ante sus ojos nuestras vidas carecían de valor. En el Siglo XVIII el antigitanismo no disminuía, el 1710 el emperador José I de Habsburgo emitió un edicto que ordenaba que todos los varones adultos (gitanos) sean ahorcados sin juicio y las mujeres y jóvenes sean azotados y expulsados para siempre, se nos cortaba las orejas, éramos marcados en las espaldas con hierros candentes representando la horca para que las autoridades nos identificaran. Estas atrocidades no son ni un cuarto de la mitad de toda la historia de persecución, masacre, mutilaciones y horrores que hemos sufrido los gitanos a lo largo de los años, las pragmáticas y leyes registradas en la historia en nuestra contra sólo en España son más de doscientas, nos han intentado, en varias ocasiones, exterminar; hemos sufrido Campos de concentración, hasta hace muy poco las mujeres gitanas de algunos países de Europa eran forzadas a esterilizaciones y abortos; básicamente nacer gitano y gitana es estar condenado de por vida a señalamientos, persecuciones, que tu vida sea considerada de menos valor que la de un payo e incluso que tu existencia sea vista como una molestia, algo a erradicar.
Sé lo que estáis pensando muchos de vosotros y vosotras en estos momentos, “eso era algo horrible pero ya no es así, estamos en el Siglo XXI” y sí, estamos en el Siglo XXI, la sociedad ha avanzado, todo es diferente, la ciencia hace cosas increíbles y la tecnología evoluciona por momentos, pero por desgracia la mente de los racistas es algo que no evoluciona, y si lo hace, es para peor. A diario podemos ver, en cualquier ámbito y aspecto, como el antigitanismo está presente en nuestra sociedad, y no solo está presente sino que es algo que impera, que está incrustado en todas las mentes de una forma tan profunda que es casi imposible de sacar, en el día a día vemos el racismo con nuestros ojos, está en todas partes, en esa mirada del guarda del súper que te persigue por los pasillos, en esas personas que se cambian de acera cuando ven a un grupo de gitanos, en esos trabajos donde no te contratan dependiendo de tu apellido o lo gitano que parezcas, en esos chistes malos acompañados de risas de superioridad paya, en ese compañero de trabajo o clase que te mira diferente desde que se entera que eres gitano, en esos comentarios de “no pareces gitano”; el antigitanismo está en cada rincón de este mundo y es verdad que la sociedad ha avanzado, pero el racismo sigue siendo el mismo, solo que adopta diferentes formatos.
Hoy día todos tenemos la tecnología en, literalmente, nuestras manos, todos estamos conectados y usamos las redes sociales de forma habitual, es algo fantástico como puedes compartir lo que quieras con el mundo entero y puedes incluso hacerlo de forma anónima, sin que nadie sepa qué eres tú quién habla y eso, queridos y queridas, es un arma de doble filo muy peligrosa porque en el anonimato es donde más a gusto se encuentran los racistas, ahí es donde pueden soltar todo su odio sin que les pase nada. El racismo está en todas partes, por eso, no falta también en las redes. Los gitanos (y todos los demás racializados) tenemos que soportar el racismo a diario por el mero hecho de existir, de vivir sin ser un payo blanco, y no estoy exagerando, solo tienes que mirar un poquitín para ver a gente deseándonos el mal o haciendo burla de nosotros, considerándonos algo bajo. En redes sociales podemos encontrar a diario ataques hacia nosotros de todo tipo y por si quieres iniciar o meterte más a fondo en la jungla de redes sociales te traigo algunos especímenes para que puedas reconocerlos más fácilmente y saber qué hacer con ellos:
Animales racistas y dónde encontrarlos:
El PAYAsete. Este tiene bastante falta de atención en algún ámbito de su vida así que intenta parecer gracioso para otros (que seguramente sean como él/ella) haciendo parecer que es superior a otras personas así que utiliza a minorías para hacer sus chistes sin gracia y bastante típicos, suelen dar bastante pena y se reconocen fácilmente. Recomendaciones: no darles de la atención que buscan, y si acaso lo ves necesario o te ataca personalmente responder con ironía dejando claro que no entras en su juego en el que quiere humillarte.
El traumitas. Este suele dar incluso más pena que el otro y, aunque no se dé cuenta, vergüenza ajena. Intentan justificar su racismo con algo del tipo “me robaron la bici”, “tengo tres vecinos gitanos que hacen ruido en la calle”, etc. Son bastante penosos, pero abundan muchísimos de estos así que hay que esquivarlos mucho. Recomendaciones: no entres en su juego, no intentes hacerle ver que no todos los gitanos somos iguales porque en el 99% de los casos les da igual, solo usan esas cosas para justificar su racismo y recuerda bien que no tienes porqué darle razones a los racistas para que dejen de serlo del tipo “pues yo soy gitano y no soy así” ya que el racismo no tiene razón así que no hay que quitársela.
El “no soy racista, PERO”: puede haber especies que además de este también contengan algo del “traumitas”. Están en todas partes, dicen ser súper tolerantes, dicen tener amigos de muchas “razas”, vivir en barrios y ser de izquierdas pero sale el tema de los gitanos y ahí les sale su pequeño fascista interior, saltan con su típica frase de “no soy racista pero” y seguido de eso muchísimas razones por las que según ellos nos deberían exterminar, no lo dicen con esas palabras, claramente, son más de utilizar la integración, “a ver, no todos los gitanos sois así pero la mayoría…” “es que tú no eres como los demás gitanos, eres una excepción” “lo que pasa es que no os integráis” entre otras frases estrellas que te estrellan en la cara. Recomendaciones: no soy partidaria de la violencia, pero… lo mejor es darle con su hipocresía en la cara, que la vean de frente.
El experto: este es muy mucho inteligente, se cree academicista experto titulado en cómo, según él, somos los gitanos y el título se lo ha sacado desde su casa escuchando las rumbas portuguesas de sus vecinos gitanos, razón suficiente para constatar que los gitanos somos impresentables y ruidosos y si argumentas algo con sentido como que somos individuos y no un colectivo homogéneo y por lo tanto lo que hagan unos no nos identifica a todos ni mucho menos y que no puede usar una experiencia personal con solo unas ciertas personas para atacarnos a todos y justificar su racismo , te soltará que no tienes ni idea y que él sí porque vive en un “barrio de gitanos”, que si en ese barrio vive él siendo payo no sé yo qué decirte… recomendaciones: a los tontos a veces es mejor darles la razón. Que sí, Borja Mari de la cruz, que sí.
El negacionista: este también es suuuuper inteligente y aunque pueda ver a diario el racismo antigitano (que él mismo ejerce) y aunque tú le expongas situaciones racistas él te dirá que eso no existe, que no hay racismo en contra de los gitanos, que es toda una conspiración del gobierno comunista progre y un largo etc es inútil intentar que entre en razón porque sencillamente no la tiene así que recomendaciones: ignorarlo y seguir exponiendo situaciones de racismo, eso es lo que más les arde.
El paradoja: El que lucha por los gitanos siendo antigitano, aquí podría poner el ejemplo de Frollo cuando quería supuestamente salvar a Esmeralda de los gitanos siendo ella gitana sin ver que era él el verdadero peligro para ella igual que para los demás gitanos, también podría poner el nombre de cierta “feminista” y sus aliadas que nos querían supuestamente salvar a las gitanas de nuestras propias costumbres en lugar de poner los ojos en el verdadero peligro para nosotras, o sea ellas y ellos, gente que habla por nosotros en lugar de darnos voz haciendo lo que todos hacen: callarnos hablando más alto y fuerte sin importarles lo que tenemos que decir.. Recomendaciones: exponerlos y exponer claramente su hipocresía (si quieres, sino está bien ignorarlos y seguir con nuestras costumbres porque nos da exactamente igual lo que digan 4 payas amargadas)
El postureo: muy activo en las redes sociales demostrando que es, según él, antirracista, sobre todo cuando se pone de moda, poniendo fotos en negro con el hashtag #BLM justo después de que todos los famosos hicieran lo mismo, compartiendo post de Colombia o Afganistán, los mismos posts que han puesto algunos famosos de turno, pero luego pasa algo racista frente a sus narices y no hace absolutamente nada, porque defender a gitanos, o simplemente exponer lo que tenemos que sufrir, no está de moda. Recomendaciones: darle a silenciar, son muy pesados.
Los fascistas: los últimos pero no los menos importantes, hay muchos de estos, realmente todos los anteriores entran aquí pero vamos a hablar de los que no lo ocultan, los que van de frente diciendo lo que son, exponiendo claramente sus deseos de exterminarnos por completo, vomitando su odio por doquier sin importarle en absoluto que todo el mundo pueda ver la forma en la que es, digo que van de frente pero en realidad el 99% de estos perfiles son falsos, no publican sus rostros ni sus nombres reales, son valientes tras la pantalla y el anonimato lo que los hace muy cobardes, aún así saben que pueden vomitar todo su odio hacia los gitanos, exponiendo claramente sus ganas de hacer un genocidio, porque nadie le va a callar, nadie va a quitarle la cuenta o tomar medidas para que esto no vuelva a ocurrir, porque realmente nadie nos protege a nosotros los gitanos. Citando al rey de pop “They don’t care about us” Recomendaciones: no les respondas, no les leas, ni siquiera entres o mires su perfil, lo único que hacen es empaparte con su odio y malas vibras, Denúnciales y expón lo que hay.
En resumen, mis recomendaciones para cuando te encuentres algún perfil racista es intentar no dejar que te quiten la energía intentando inútilmente hacerles entrar en razón, exponerlos si quieres y sobre todo denunciar, nunca te calles, no dejes que te quiten la voz, es de lo poco que tenemos, aunque la mayoría no nos escuchen, no podemos simplemente renunciar a nuestra voz, gritar lo que tenemos dentro, exponer nuestro dolor y nuestra rabia. Somos la minoría, pero todos juntos podemos hacer que nuestras voces se escuchen.
…………
Las redes sociales son solo un espejo de la sociedad actual, para acabar con el antigitanismo en las redes, además de tomar medidas en estas, es indispensable y totalmente necesario tocar la conciencia de las personas y sobre todo de los gobiernos y cuerpos del estado que tienen el poder y el deber de luchar contra el racismo en el país, para eso también se pueden usar las redes sociales, mucha gente se une a causas y a luchas antirracistas, cada vez son más las personas que protestas o que dan visibilidad a estas causas, por desgracia una gran parte de las personas que se unen lo hacen por moda, sí el antirracismo puede llegar a ser una moda para muchas personas payas blancas, lo hemos visto claramente con el movimiento de blm, millones de personas en todo el mundo se unió para dar visibilidad y luchar por los derechos de las personas negras frente a la brutalidad policial en Estados Unidos, una causa totalmente justa y necesaria pero es curioso cómo de repente tantísimas personas incluso a miles de kilómetros de este país se unieron a esto de una forma tan entregada después de que muchas personas famosas y con gran repercusión en las redes sociales postearan sobre este tema, esto me lleva a recordar al efecto Bandwagon, aunque haya muchos más racistas que antirracistas es cierto que cuando ciertas personas con influencia se declaran antirracistas muchísimos de sus seguidores lo imitan haciendo un efecto manada en el que cada vez más gente se une, esto no es algo malo, todo lo contrario, lo malo es cuando las ideas por las que luchas no calan en ti, solo repites lo de los demás sin que la lucha te importe verdaderamente, esto se ve en el mismo caso del blm cuando muchísimas personas posteaban imágenes en negro con el hashtag sin más contexto porque era lo que algunos famosos habían hecho y esto hacía que nadie pudiese encontrar información sobre el tema pinchando en el hashtag porque lo único que se veía eran imágenes en negro. Me atrevería a decir que más del 80% de las personas que “lucharon” en las redes sociales por el blm lo hicieron mientras era tendencia y luego ignoran totalmente los demás casos de racismo, entre ellos de antigitanismo que son persistentes en el día a día, porque luchar contra el antigitanismo no es guay, ni chick, ni da likes, otro claro ejemplo de los privilegios payos blancos, que pueden unirse y desunirse al antirracismo a su antojo, según las tendencias del momento, publicar un hashtag viendo que lo hacen todos sobre algo que pasa al otro lado del mundo es suficiente para que ellos piensen que no son racistas mientras a su lado, en su propio país, están muriendo personas gitanas por el hecho de serlo, como Eleazar García, Daniel Jiménez, o Manuel, entre otros, es curioso cuanto menos ver la hipocresía de la gente que en redes dicen ser muy de izquierdas y luchan por diferentes causas pero se vuelven ciegos ante los cientos de post llamando ladrones, incultos, etc. a los gitanos, deseando nuestra extinción, riéndose de nuestra cultura y alegrándose de nuestras desgracias, no solo se hacen los ciegos sino que muchos de ellos incluso participan en esto, en entre ridículo y repugnante.
Los portales de noticias online también es algo que está creciendo mucho en estos días y que se usan de las redes sociales para dar a conocer las noticias, en muchos casos teniendo que hacer uso de titulares sensacionalistas o llamativos, no es algo nuevo que los informativos sean antigitanos, siempre ha sido así,
pero en la actualidad son mucho más visibles y todo el mundo puede comentar sobre eso, ya de muy pequeña aprendí que es mejor no leer los comentarios en cualquier cosa que mencione a los gitanos, con unos 12 años me metía en vídeos donde se daba información sobre mi etnia o que de alguna manera se mencionaba, iba a la sección de comentarios y acababa muy dañada, el 99% de los comentarios destilaban odio contra los gitanos, contra mí que era solo una niña y sentía cada comentario insultándonos, deseando nuestra muerte, como un golpe en el corazón porque todo ese mal me lo estaban deseando a mí y a toda mi familia, recuerdo que más que rabia sentía dolor y no lograba comprenderlo, imaginad esto a día de hoy donde todo el mundo comenta en todas partes y muchísima más gente, y cada vez gente más joven usan las redes sociales y más aún cuando una noticia sobre algo malo recalca y menciona explícitamente, o dándolo a entender, que la persona que ha hecho este mal es de etnia gitana, los comentarios son apabullantes y destilan todo el odio del mundo, ese odio que nos rodea y que se lanza a nosotros como flechas. No es ético ni profesional en el periodismo mencionar la etnia de una persona que ha cometido un delito o infracción, no lo es y lo saben, por eso lo que muchos hacen es usar la palabra “clan”, – porque los gitanos no tenemos familias, tenemos clanes, como los Ackerman, lo cual me parece hasta guay – y no tenemos peleas, tenemos “reyertas”, son muy rápidos para usar esas palabras pero parece que muy lentos para dar a conocer cosas como la persecución y caza de gitanos por parte de la policía en Brasil o la niña gitana, Olga, a la que operarios dejaron morir aplastada frente a sus ojos, o el caso de Stanislav Tomáš, asesinado por la policía de República Checa cuando lo asfixiaron durante minutos y después de eso el ministro del interior de ese mismo país elogió el trabajo de los asesinos, o hablar de los tantísimos casos de discriminación que sufrimos en todos los ámbitos. Un estudio de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas, Fakali, concluye que siete de cada diez publicaciones en internet por parte de informativos de medios de comunicación referidas a los gitanos contienen antigitanismo, el 40 por ciento de los contenidos analizados son explícitamente antigitanos por su sesgo discriminatorio y otro 30 por ciento sin ser explícitamente antigitanos sí contienen incorporado una evidente infravaloración y subestimación de los gitanos. Esto debería ser de lo más vergonzoso para el periodismo el cual no solo no debería ser racista, sino que además debería ser antirracista, pero por lo que se ve no tienen intención de cambiar eso y eso se debe a que no les afecta en absoluto ya que sus lectores payos están conformes con esto.
Mirar hacia otro lado es un problema muy serio que tiene este país y la sociedad en general, la mayoría de las personas solo miran donde les conviene, una muestra de ello son los tantísimos payos blancos que dicen, por ejemplo, que en España no hay racismo, y claro, es que ellos con su gran ego no pueden ver más allá de su ombligo y como son payos blancos solo ven lo que ellos viven y no son capaces de ver el racismo que ellos mismos ejercen, pero solo basta con escuchar a las personas racializadas de este país para saber que eso no es así, el que tú no sufras racismo no quiere decir que no exista, no podemos basarnos en la experiencia personal sin escuchar a las personas que sí que sufren esto, pero casi peor son las personas que nos miran a los gitanos, ven nuestros problemas y en lugar de reconocer que hay muchísimas cosas que ellos mismos tienen que cambiar porque nuestros problemas vienen del antigitanismo que se ejerce, nos miran y creen que nosotros somos los causantes de nuestros problemas, que no sabemos convivir o que nos tenemos que integrar en su sociedad, como si su sociedad fuese una utopía en la que no hay machismo, ni clasismo u homofobia, como si ellos fuesen completamente correctos y los verdaderamente civilizados, no como nosotros, para que ellos estén contentos tenemos que adaptarnos a ellos para complacerlos, tenemos que deshacernos de nuestras tradiciones y costumbres, desechar nuestra gitaneidad para encajar en los que a ellos les parece bien, nos acusan de machistas y demás cosas mirándonos por encima del hombro, como si su sociedad a la que nos quieren integrar no estuviese llena de todo eso de lo que nos acusan a nosotros.
Pero por desgracia ellos son mayoría y ocupan las redes sociales donde con su falsa bondad dicen querer ayudarnos, salvarnos de nosotros mismos, ignorando que mientras creen tendernos una mano nos están hundiendo con el pie. Un ejemplo claro de esto es el dichoso caso del pañuelo, lo resumo para quien no sepa de lo que hablo: un día una paya se despertó y le entró el ataque por querer destruir el rito de la prueba del pañuelo publicándolo en redes sociales a lo cual se unieron muchas otras personas, todas payas, acusando a nuestro pueblo de machista y Neanderthal para, según ellos, salvarnos a nosotras las gitanas sin que nosotras hubiésemos pedido su ayuda en ningún momento y mucho menos con este tema , ¿en algún momento nos preguntaron? No, ¿incluso acaso nos escucharon? Tampoco, ¿qué hicieron cuando nosotras en esas mismas redes intentamos explicar que no estamos oprimidas y que es algo que hacemos porque queremos? Nos atacaron, parece ridículo, ¿verdad? Hacer como que defiendes a unas personas mientras las atacas, según tú querer dar voz a la situación sin escuchar a las defendidas, es más, callándolas, invalidando sus voces, tratándolas de tontas e incapaces de comprender la situación, su propia situación, esto es lo que hace el privilegio payo, que se crean con potestad de hablar por nosotras porque en su mente ellos son más capaces, más inteligentes que todas nosotras desvalidas, analfabetas, gitanas. Para ellos somos como un perro callejero, indomable, rabioso, pulgoso y desvalido, da pena, pero es mejor no acercarse, ante sus ojos nunca nos ven porque para mirarnos deben mirar hacia muy abajo y nuestras voces ni siquiera se escuchan, si acaso suena un eco de nuestras palabras ya se encargan ellas y ellos de hablar más fuerte para que nuestra voz no se escuche.
Otro clarísimo ejemplo de la hipocresía que se cargan tantos payos en redes sociales que defienden toda causa excepto si es algo que nos afecta a los gitanos y gitanas, es el caso de Carmen Mola, la indignación cuando se descubrió que no era una mujer sino tres hombres bajo un pseudónimo fue apabullante, miles de personas en las redes sociales expresaron lo mal que les parecía esto por razones machistas, se hizo viral, todo el mundo opinaba sobre el tema haciendo saber que el que tres hombres usen un pseudónimo femenino era algo incorrecto debido a que en la historia muchísimas mujeres tenían que escribir bajo pseudónimos masculinos para protegerse de la sociedad machista, hasta ahí bien, el problema es que estos señores escriben cosas sumamente antigitanas, asquerosamente llenas de estereotipos, vomitan antigitanismo en sus relatos pero a nadie le importaba eso, si era una mujer estaba bien recibir premios por esos asqueroso libros, nadie le da importancia al antigitanismo porque a nadie le importa lo que no está de moda.
Pongamos otro ejemplo por si a algún lector o lectora aún no le ha quedado claro, y porque son tantos los casos así que podría llenar estas páginas simplemente exponiendo situaciones crudamente antigitanas. Hay cierta mujer que se hace llamar feminista pero que cada vez que abre la boca cierto partido ultraderechista sería capaz de aplaudirla, esta mujer hace un tiempo dijo, cito textualmente, que todos los gitanos en donde ella trabajaba eran “yonkis o evangelistas” además de otros tweets claramente antigitanos que casualmente posteaba un poco antes de promocionar algunos de “sus” libros. Querría hacerle ver algo a la señora Lucía Etxebarría, si solo veía gitanos yonkis o evangelistas quiero darle las razones por las que fue así (aunque estoy segura de que había gitanos que no eran ni una cosa ni la otra pero tu racismo no te dejaba ver más allá), son muchísimas, por desgracia, las personas que caen de drogodependencia, pero se sabe que es muy frecuente y mucho más difícil de salir de ella debido a no tener los recursos suficientes, para las personas de clase baja, en los guetos y barriadas se conoce que esto es así y por desgracia la mayoría de gitanos pertenecemos a estos lugares, nacemos y crecemos rodeados de esto, pregúntate porqué, los gitanos, en su mayoría, vivimos en estos lugares y nos es tan difícil salir de ahí, quizá, si eres capaz de pensar un poco podrás relacionar esto con la diferencia de oportunidades, la precariedad laboral debido a lo anterior y que todo esto se engloba fácilmente en el antigitanismo, espero que hayas entendido esto porque es el punto número uno, el número dos es el, ¿por qué evangelistas? Por la sencilla razón de que en la iglesia evangélica en España nos congregamos muchos gitanos, la mayoría son llevadas por pastores también gitanos y en algunas de ellas forman centros de rehabilitación para ayudar a personas con adicción, los gitanos “yonkis”, como tú dices, pueden salir de esa adicción gracias a las iglesias evangélicas, y esto se debe también en parte, en que mayormente solo los gitanos se preocupan y ayudan a otros gitanos, ¿has escuchado el lema de “solo el pueblo salva al pueblo”?, pues solo los gitanos salvan a los gitanos, mientras la sociedad antigitana nos tira, nos hunde, los gitanos estamos ahí para sostenernos, porque desde siempre en la historia solo nos hemos tenido a nosotros, como una familia extendida por el mundo, y esa es la razón por la que, aunque nos hayan querido exterminar en tantas ocasiones no han podido, porque solo nos necesitamos a nosotros y resistimos cualquier cosa, incluso palabras de odio como las tuyas.
Hablamos de personas específicas, pero también podríamos hablar de como en general el odio hacia el pueblo gitano está tan normalizado en, básicamente, todo el mundo. Estoy bastante segura de que esto lo estará leyendo también algún racista que otro que estará diciendo que si eso es así, será por nuestra culpa, pues déjame recordarte que hace unos años esto era algo que también pasaba con los homosexuales y las mujeres entre otros (no digo que ahora no pase, solo que, para bien, ya no tanto o por lo menos algo menos en algunos países) y ahora muchos podemos ver que la homofobia y el machismo o la misoginia son cosas que hemos aprendido como sociedad, algo con lo que crecimos desde pequeños y por eso debemos deconstruirnos y dejar eso atrás, formar una generación que crezca en una sociedad más tolerante, donde los niños y las niñas sepan respetar y no dejar que, por ser quiénes son, no los respeten.
Yo quiero eso para mis futuros hijos, quiero que mis hijos gitanos no tengan que pasar por lo que yo y muchos otros pasamos, quiero que mis hijos e hijas nunca se sientan avergonzados de ser lo que son, quiero que se sientan orgullosos de ser gitanos y que jamás los hagan sentir inferiores por eso ni por ninguna cosa, quiero que crezcan aprendiendo de nuestra historia, que sepan de dónde vienen y lo lleven con orgullo. Esto lo hago por ellos y por ellas, por los que pasaron fatigas para que nosotros estemos aquí hoy, por nosotros, para que nunca callemos todo lo que tenemos que decir, para que no nos conformemos con dónde estamos y queramos siempre avanzar, y sobre todo, lo hago por los que viene detrás, para que no anden como nosotros hacemos sino que corran y vuelen, para que tengan salud y libertad.
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